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jueves, 29 de noviembre de 2018

TEAM BELÉN

Es un recorrido ciclístico  por las diferentes veredas de nuestra querida Belén Boyacá, y este es el quinto encuentro de ciclistas Boyacenses, en este encuentro se puede apreciar todas las maravillas, paisajes y sitios turísticos, por eso hoy te hago la invitación   a que vengas y participes en estos concursos que día a día traen una serie de obstáculos nuevos por afrontar.
 Imágenes de lagunas y lagunetas  de Belén Boyacá








Belén Boyacá 

Belén esta ubicado en el departamento de Boyacá Colombia, Belén es una Tierra noble y trabajadora tierra de valientes hombres y lindas mujeres, la nueva ciudad del Tundama. 
Un recorrido mas para el bicentenario por sus lindos paisajes y sitios de historias, historias que hacen parte de nuestra vida, y que nunca olvidaremos y la recordaremos siempre con mucho honor.

Belén tiene una variedad de paisajes por visitar paisajes como, todas la lagunas como lo es la laguna grande la laguna negra, la laguna del cazadero y muchas otras mas que hacen de este sitio todo un encanto, en nuestros paramos también tenemos frailejones, plantas únicas en su especie y podemos apreciar la casa donde llego a hospedarse Simón Bolívar, un gran  héroe libertador. 

Belén también nos ofrece una variedad de comidas típicas, en representación el queso y el alfandoque, productos típicos de esta tierra con los cuales puedes degustar, hago una gran invitación a que vengan y nos visiten y admiren todo lo que tenemos para ustedes.  

miércoles, 28 de noviembre de 2018

LA ESTAMPITA
  Era pequeño para entender nada.¡Si no sabía hablar, qué iba a entender! De repente, recibía un albor de luz que se colaba por entre las cortinas color canela y sol que púdicamente cubrían la madera pintada de blanco descascarillado de los postigos que vedaban el balcón, detenido en la frontera de orgullosos barrotes de hierro oxidado. Entonces, sentía que era la hora de levantarse y despertaba regocijándose con la jornada de besos y carantoñas que le aguardaba. Bueno y, quizá alguna amorosa regañina. Saltaba del lecho y corría hambriento a desayunarse los besos de su madre. Ésta, la pobre, se repartía entre su otros cinco hijos, los desvelos de su cuidado y algún trabajillo ajeno para, de vez en cuando, darles un postre batido de azúcar y nata de leche. La vida más de una vez había querido despedazarla porque ¡A ver, hija, a algunos les regala sonrisas y a otros les clava los colmillos! Pero a pesar de las dentelladas no se había descorazonado y había sellado las fauces del sino con las miradas límpidas y enormes de sus hijos y una Esperanza con letra grande. Sus niños todos sabían dónde guardaba su madre las estampitas que piadosamente besaba todos los días y todos - porque todos eran niños de su madre -, de vez en cuando las veneraban con devoción y gravedad. Pero el pequeño… Ah, el pequeño. El pequeño se extasiaba. Con su boquita morena, su lengüetilla rosa, sus pestañazas negras, las miraba y remiraba. Como no sabía hablar pugnaba por decirlo y por fin conseguía balbucir un “¿Jeszú?”. 

Un día, a su madre alguien le dio una estampita de un Cristo maniatado chorreando sangre por donde el látigo atroz había mordido su carne sagrada .El chiquillo cuando lo vio se puso muy triste y un livianísimo velo cubrió sus pupilas. Y preguntó a su madre: - ¿Duele?

- Sí, hijo mío, sí. Y todos tenemos un poquito la culpa. Todos menos tú y tus ángeles compañeros.

El querubín morenote le dedicó desde entonces sus más tiernos cuidados. Al amanecer ya no iba corriendo lo primero a su madre, sino que ahora iniciaba sus días con su visita al pobre “Jeszú” al que tanto daño habían causado. Una de aquellas ocasiones, de tanto mirarlo, conoció la pena y, chupándose las muñecas y las palmas de las manos, las pasaba una y otra vez por las heridas de su Señor de la estampita al tiempo que sin darse cuenta derramaba gruesos lagrimones sobre su imagen querida. Por fin, agobiado por la angustia , quedó dormido.

Al rato, su madre oyó por el pasillo sembrado de arabescos las corretadas que de sobra conocía, pero que esta vez anunciaban premura .Sin saber por qué, corrió desmadejada y algo asustada para recibir a su hijito abalanzándose sobre ella. No parecía su pequeñín. El semblante distinto, resplandeciente, los ojos refulgentes, sus gritos de alborozo y, en sus manos todavía regordetas, apretadas contra su jovencísimo pecho abierto ya por el primer traspaso de amor, el Cristo del dibujo sin sangre, las heridas restañadas, la vestidura alba de luz y, en su Santa Faz una sonrisa que aún nadie ha podido explicar.

Moraleja: El amor no pensado podría curar las heridas del mundo, si fuésemos capaces de creer en los milagros, como cuando éramos niños.

Mª Capilla de Torres.
LA HISTORIA DEL BURRO 

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.
El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos...

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!
                                                      

EL ANCIANO Y EL NIÑO


Eramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo, "Hola amigo!".
Golpeando la mesa con sus gorditas manos, sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía.
Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré alrededor, vi la razón de su regocijo.
Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto.
Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos.
Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo.
Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa.
Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a menearse para saludar.
"Hola bebito, como estas muchachón," le dijo el hombre a Daniel.
Mi esposa y yo nos miramos, "Que hacemos?"
Daniel continuó riéndose y contestó: "Hola, hola amigo."
Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo.
Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebe. Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo. Obviamente el estaba borracho. Mi esposa y yo estábamos avergonzados.
Comimos en silencio, menos Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas.
Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta.
Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento.
El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida. "Dios mío, ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a Daniel" -dije orando, mientras caminaba cercano al hombre.
Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar respirando.
Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de "cárgame."
Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre.
Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa.
Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero.
El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas.
Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo.
Yo me detuve aterrado.
El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos.
Me dijo en voz fuerte y segura: "Usted cuide a este niño."
De alguna manera le conteste "Así lo haré" con un inmenso nudo en mi garganta.
El separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor.
Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: "Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso regalo." No pude decir más que un entrecortado gracias.
Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro.
Mi esposa se preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente, y por qué yo estaba diciendo:
"Dios mío, Dios mío, perdóname."
Yo acababa de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia.
Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era.
Yo sentí que Dios me estuvo preguntando: "Estás dispuesto a compartir tu hijo por un momento?
"Cuando El compartió a su hijo por toda la eternidad.












EL DUENDE Y EL CAZADOR 

Cuentan mis abuelos acerca de un duende que interrumpida la tranquilidad en la vereda robándose el calzado de la gente, un día unos muchachos de la vereda decidieron seguir un arco iris asta encontrar su final, en el cual se encontraba una camioneta vieja y oxidada y en su interior se encontraba una olla llena de monedas de oro uno de lo muchachos quería comprobar si esta moneda era en verdad de oro pero termino tragandosela. 

Decidieron llevar el resto a sus casas escondiéndolas todas en un pozo, y llevando una sola moneda al pueblo para que la revisara un experto, pero lo que no sabían es que el duende había despertado junto con su oro de un sueño profundo y duradero, al llegar los muchachos a sus casas encontraron la casa en un desastre total, y empezaron a escuchar ruidos en el sótano y en los cuartos asta llegar a l lugar donde ellos estaban y de la nevera salio corriendo un pequeño duende cito al cual siguieron pero no lo encontraron este duende corría por toda la casa gritando donde esta mi oro, ellos en seguida empezaron a averiguar sobre este duende y descubrieron que cada uno tenia un pasatiempo  el de este era limpiar zapatos, sacaron de un cajon bastantes zapatos y empezaron a arrojar celos el duende salio y empezó a limpiarlos.

 Dándoles tiempo de buscar un trébol de cuatro hojas, al encontrarlo se los arrojaron al duende y este desapareció en seguida, dejándolos con una olla llena de oro.

TEAM BELÉN Es un recorrido ciclístico  por las diferentes veredas de nuestra querida Belén Boyacá, y este es el quinto encuentro de cic...